justino fue una sorpresa

saturnino en por qué se hizo justino, un asesino de la tercera edad

Justino fue una sorpresa, pero no para ti, querido lector, sino para nosotros que la hicimos. Una sorpresa porque nunca tuvimos claro que pudiera llegar a estrenarse. Al fin y al cabo, era la historia de un asesino en serie a la española y todo el mundo sabe que para matar siempre es mejor llamarse John Wayne Gacy que Justino Matallana. Además, íbamos a rodar en blanco y negro, con actores poco conocidos del gran público… En fin, la pesadilla de cualquier productor.

El sobresalto llegó en el Festival de Sitges –era la primera vez que veíamos la película proyectada en una pantalla y con público-.

Luego vino el Goya para Saturnino García como actor revelación a los 59 años y él explicaba que “cada uno se revela cuando puede”. Saturnino encarna a Justino, un puntillero, un segundón del mundo del toro, alguien que nunca saldrá “por la puerta grande”. Para gente como él existe la puerta de atrás.

Pretendíamos que Justino fuera una fantasía sociológica del futuro inmediato, presentando los problemas de un jubilado del año 1995 –rodamos en el 94-. Participa de varios géneros –comedia, suspense, gore…- pero si hubiera que encuadrarlo en uno sería en el “chascarrillo negro”. En esto nos sentimos afortunados herederos de la tradición cinematográfica española.

La idea nuclear es muy sencilla: un viejo comete varios asesinatos. La costumbre o el embrutecimiento harán dudar a los ciudadanos de orden de la cordura del anciano. No hay para tanto. El hombre se jubila anticipadamente, pierde el trabajo al que se ha consagrado durante años y, para colmo, la sociedad –ese magma que aglutina prejuicios personales y leyes impersonales- le hace a un lado. Pero una persona necesita algo en qué ocuparse. Por eso, Justino mata.