matías, juez de línea (1996)


Matías es juez de línea. Su honestidad es irreprochable; por lo que no es ninguna sorpresa que este inocente y justo juez pite un penalti que le costará la participación en el Mundial al equipo español. Tampoco es ninguna sorpresa que sufra un intento de linchamiento por parte de la fanaticada. Su única posibilidad de escape es San Amancio, su pueblo natal en la costa gallega. El padre de Matías, El Pellejo, ve en la llegada de su hijo la oportunidad de hacerse valer ante sus paisanos, dedicados en exclusiva al contrabando de «licor del Santo». El juez de línea se ve obligado a asumir las funciones de juez a secas y, en consecuencia, sus problemas se multiplican de manera insospechada.